Una de las cosas que más oí antes del día de mi boda fue lo deprisa que se pasa y es totalmente cierto, de hecho, pasó tan deprisa que mi marido y yo comentamos muchas veces que parece que fue un sueño. Por este motivo nos gusta reunir todos aquellos recuerdos que nos ayuden a recordar por siempre ese día; recopilar miles de fotos de todos los momentos del día B, que parece que no hemos vivido; una copia de la invitación, de los menús, de los textos que se leyeron en la ceremonia; un recopilatorio de las canciones que sonaron ... yo, por ejemplo, tengo todo eso (y más) guardado en una caja, pero ya os la enseñaré en otra entrada.
Una de las cosas que os ayudarán a tener un bonito recuerdo de nuestro día es el libro de firmas, en él se pueden plasmar palabras bonitas, recuerdos, deseos a la pareja, incluso algún que otro dibujo, ... Sin duda es un bonito recuerdo que podéis tener para siempre (además, os puedo asegurar que os encantará leerlo junto a vuestro ya marido el día después de la boda) pero, como pasa con todo en el mundo bodil, los libros de firmas también se han reinventado pensando en aquellos que buscan formatos más originales o estilos diferentes.